La ética logística (III): Filosofía social de la ética logística

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la ética logística (III): Filosofía social de la ética logística

Hemos señalado anteriormente que la ética logística se presenta ante una dicotomía derivada en una logística de mercado y otra logística social. Ya dimos nuestro parecer al respecto de la ética del mercado, por lo que en esta ocasión nos concentramos en la ética social y como esta es necesaria para contener y comprender el mercado en un marco social y cultural.

Sociedad y logística

Toda sociedad es hija de su tiempo y heredera de tradiciones particulares, que no siempre son compartidas con el resto de las sociedades. Una ética logística debe tener esto en cuenta a la hora de implementar el mercado en una cultura, ya que, debido a sus características propias, el mercado se debe presentar de una forma distinta en cada sociedad.

Las sociedades tienen problemas y conflictos sin resolver  siempre, como lo es, ahora mismo, vivir en tiempos pandémicos. El mercado, al querer introducirse en una sociedad determinada, debe estudiar las problemáticas a las que está sujeta cada sociedad e intentar dar una respuesta o brindar una solución.

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Sociedad y mercado en el ámbito de una ética logística

Mercado y sociedad, de esta manera, no pueden desentenderse el uno del otro. Deben comprenderse y trazar puentes entre sí para poder brindar una ética logística que contenga y contemple ambos aspectos. El mercado debe adecuarse a la sociedad en cuestión, ubicado en un aquí y ahora y así poder contribuir a la mejora de la sociedad.

¿De qué modo? Brindando una ética donde mercado y sociedad no sean términos contrapuestos, binómicos, sino que se confundan y mezclen el uno con el otro para así dar soluciones tanto al mercado como a la sociedad. De nada sirve pensar una ética logística dividida tajantemente, sino todo lo contrario.

Necesitamos de una ética que contemple los problemas de cada sociedad y entonces problematizar la manera en la que el mercado puede insertarse en la misma, sin darle la espalda a las personas que la componen, a sus cuestiones y problemáticas propias. Es necesaria una ética que no se desviva completamente por el mercado, pero tampoco se aboque solamente a la cuestión social. Es decir, es necesaria una ética mixta entre estos dos conceptos para poder lograr  una armonía entre mercado y sociedad.

La obligación de pensar el nuevo camino

La ética logística nos debería llevar a tener una visión más amplia y contemplativa de los casos expuestos, para dejar de entenderla en términos dicotómicos y hacer de ella una ética real, plausible de ser aplicada en un mercado insertado en una sociedad específica.

Solo así lograremos tener un éxito tanto para la logística de mercado como para la social, vislumbrando una ética que sea un todo, una suma de las partes, y no una ética que se dedique a una cuestión particular y se desentienda o descuide a la otra parte, sino que ambas puedan confluir cordialmente entre sí.

De esta manera estaríamos en el umbral de una nueva ética logística, ética a la cual debemos abocarnos para resolver en conjunto tanto los problemas sociales como los del mercado. 

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