¿Hay una ética logística? (i)

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¿Hay una ética logística?

La situación que atravesamos estos últimos años alteró nuestras vidas Tuvimos que modificar varias de nuestras conductas habituales para ajustarnos al nuevo mundo que se nos presentaba. Es obvio que, si tuvimos que cambiar nuestra manera de vivir, también nos fue necesario modificar nuestros valores y principios. 

El sector logístico también se vio inmerso en esta necesidad de renovar y cuestionar sus propios valores y principios. Es importante preguntarnos si, pandemia mediante, necesitamos poner en claro la existencia de una ética logística.

La falacia típica: “solo existen dos tipos de ética logística”

La logística necesita valores para operar, es decir necesita poder estimar/categorizar las cosas comunes, los hechos y las personas según un principio. 

Un principio es una norma, un valor, una creencia que guían y regulan las vidas de las personas. Son ellos los que permiten desarrollar una manera de proceder, una estrategia y un objetivo al que apuntamos. 

La logística se inclina/oscila entre dos tipos de principios, dos tipos de ética diferentes: el mercado y la sociedad. 

Si el aparato logístico se inclina hacia la ética de mercado se busca mejorar el rendimiento, optimizar el tiempo de los procesos y generar una alta tasa de beneficios; si el aparato se inclina hacia la ética social se trata de ver que necesidades imperan en una sociedad y aplicar todas las herramientas disponibles para eliminar o disminuir el problema. 

Es un error común pensar que la logística tiene que inclinarse solamente hacia alguno de los dos principios. El principal desafío del siglo xxi para la logística es equilibrar ambos principios: que puedan convivir pacíficamente e incluso colaborar entre ellos.

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¿A qué nos enfrentamos?

Los principios no nacen en el aire, se establecen para solucionar problemas generados por hechos concretos. Lo que nos tenemos que preguntar ¿cuáles son los eventos que nos presentan el mayor desafío y el mayor peligro hoy en día?  

No hay una única manera de determinar cuales son los mayores problemas contemporáneos porque estamos saliendo de un escenario no habitual/anormal: la pandemia. Sin embargo, podríamos establecer dos tendencias problemáticas que se van perfilando:

  1. Problemas climáticos: como te contábamos en este artículo https://www.optimocamino.com/novedades/logistica-verde/, Es importante empezar a generar prácticas/modos de vida que nos permitan convivir armoniosamente con nuestro entorno. Si el clima se ve alterado, los diferentes desastres naturales pueden afectar nuestros modos de vida hasta volverlos imposibles: inundaciones, tormentas y el calentamiento global pueden exigir reposicionarnos continuamente. En este sentido, la logística debe desarrollar medios que no afecten negativamente nuestro entorno  
  2. Problemas sanitarios: como te contábamos en este artículo https://www.optimocamino.com/novedades/nueva-logistica-sanitaria/, la pandemia nos enseño que, si no nos cuidamos, nuestra vida cotidiana puede estar amenzada al punto de ser imposible. En este sentido, la logística debe estar preparada para poder brindar servicios que fomenten y mejoren el sistema sanitario de las comunidades. 

 

La imposibilidad de prescindir de una Ética.

Siempre que haya un problema constante que nos desafíe, que amenace la forma en que vivimos es necesario desarrollar y apoyarse en un ética inteligente que permita enfrentar los problemas y volver sostenibles nuestras vidas.

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